domingo, 9 de abril de 2017

COMPETITIVIDAD DE LOS DESTINOS TURISTICOS V: REFLEXIONES SOBRE LA POLITICA DE CLUSTERS

En los artículos anteriores conceptualizamos los clusters y comentamos algunas experiencias de su aplicación en turismo. Por lo que, a modo de conclusión, pensamos que es conveniente reflexionar sobre ciertos aspectos que deben considerarse al definir una política de cluster con el propósito de mejorar la competitividad de un destino turístico. A continuación nuestro punto de vista al respecto. REFLEXIONES SOBRE LA POLÍTICA DE CLUSTER Como se habrá podido observar, aunque no imposible, no es fácil la constitución de un cluster empresarial en turismo, cuando ello implica la asociación de varias empresas para el desarrollo y explotación de un producto turístico de conjunto. Varios factores crean tal dificultad; el tamaño de las empresas, su baja escala de operación, la capacidad financiera de las mismas, y su fal de visión de largo plazo en la conducción de sus negocios. Los clusters institucionales son mucho más factibles puesto que se puede optar, por lo menos, entre dos modelos diferentes, tal como vimos en los artículos anteriores. Uno que contempla en su estructuración a todos los sectores vinculados al desarrollo del turismo, incluida la población local, con el propósito de fortalecer la competitividad turística del conjunto, y otro que busca el fortalecimiento de la capacidad competitiva del sector turismo en particular, incluyendo en su estructura a las empresas involucradas en el turismo receptivo. Evidentemente mucho más complejo en su constitución el primero, que el segundo. Pero sin duda, ambos modelos válidos y exitosos en el logro de sus objetivos finales, que no son otros que el fortalecimiento de la competitividad de los destinos en su conjunto en los mercados turísticos. A modo de conclusión, destacaremos algunos puntos que, a nuestro entender, debería tenerse en cuenta en la tomar de decisiones tendientes a la definición de una política de cluster para el fortalecimiento de la competitividad de un destino turísticos, y que son los siguientes: Primero. Los clusters tienen que ser considerados una estrategia de largo plazo, por lo que sus acciones deben tener un horizonte temporal que vaya más allá de los periodos gubernamentales. Segundo. La iniciativa debiera ser liderada por una entidad que tenga legitimidad, y que no esté sujeta a los vaivenes de las políticas de los gobiernos en turno. Por lo que esta entidad puede ser: un Consejo de competitividad de carácter público-privado, como en el caso de la República Dominicana; una Cámara de Comercio, como en el caso de la ciudad de Medellín; o bien, una Federación de Empresas Turísticas, al estilo de la que funciona en Chile. Dependiendo que se trate de un cluster institucional integral que agrupe a todos los sectores vinculados al turismo, o de un cluster que agrupo sólo a las empresas del sector orientadas al turismo receptivo. Tercero. La conducción de las actividades del cluster debe estar a cargo de una persona con conocimientos y probada experiencia en materia de marketing turístico, designada por la entidad que lidere la iniciativa, y que responda a esta. El conocimiento y la habilidad en el manejo de los distintos factores que influyen en la competitividad de un destino turístico constituye uno de los factores clave de éxito del mismo, por lo que la conducción de sus actividades no puede quedar en manos de inexpertos. Cuarto. Debe existir, y si no existe se tiene que promover, una actitud competitiva en los actores que conforman el conjunto, incluidos en ellos a la población local. Actitud que debe manifestarse en una disposición de ánimo para buscar siempre una clara diferenciación del destino frente a los destinos competidores. Consideramos que la contemplación de los aspectos señalados pueden contribuir significativamente al éxito de una política de cluster, destinada a fortalecer la competitividad de un destino. Por lo que, en nuestra opinión, de no ser contemplados dichos aspectos en el proceso la toma de decisiones para la definición de la mencionada política, se cometería una seria omisión y la misma correría el riesgo de fracasar y no alcanzar sus propósitos.

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